martes, 28 de abril de 2009

Libreta de notas








Este mundo es un lugar de ajetreo. ¡Qué incesante bullicio! Casi todas las noches me despierta el resoplido de la locomotora. Interrumpe mis sueños No hay domingos. Sería maravilloso ver a la humanidad descansando por una vez. No hay más que trabajo, trabajo, trabajo. No es fácil conseguir un simple cuaderno para escribir ideas; todos están rayados para los dólares y los céntimos. Un irlandés, al verme tomar notas en el campo, dio por sentado que estaba calculando mis ganancias. ¡Si un hombre se cae por la ventana de niño y se queda inválido o si se vuelve loco por temor a los indios, todos lo lamentan principalmente porque eso le incapacita para... trabajar! Yo creo que no hay nada, ni tan siquiera el crimen, más opuesto a la poesía, a la filosofía, a la vida misma, que este incesante trabajar.


El monje toma notas en el campo no para calcular sus ganancias sino para investigar la forma de parar su incesante trabajar. Sin embargo, hay que resaltarlo: está en el campo y toma notas en un simple cuaderno para escribir ideas. En medio del resoplido de la locomotora irrumpe con su domingo. Es el anuncio que en él o ella se hace memorial. Su tarea es hacer que en sí mismo la humanidad descanse por una vez. Es siempre un ser humano que se calló por la ventana de niño y quedó inválido o se volvió loco, alguien incapacitado para… trabajar. No puede ser cómplice del crimen y por eso no le queda otra que la poesía, sin olvidar, claro, que «un poeta es la cosa menos poética del mundo.» (Keat)
Henry David Thoreau

jueves, 23 de abril de 2009

ATHOS


En este link se pueden ver videos de la celebración de la Semana Santa y la Pascua en el Monte Santo de Athos.

miércoles, 22 de abril de 2009

¿QUÉ ES UN MONJE?



"Debemos saber que es un monje y por que manera de vivir merece realmente este nombre. Vamos, pues, a hablar de ellos conforme a lo que Cristo nos ha enseñado.Se le llama así en primer lugar, porque está solo, absteniéndose de mujer y habiendo renunciado interior y exteriormente al mundo. Exteriormente, es decir, a las cosas exteriores y mundanas; interiormente, es decir, a las representaciones de tales cosas, hasta el punto de no admitir jamás los pensamientos de los cuidados mundanos.
En segundo lugar, se le llama monje por cuanto invoca a Dios con oración incesante, a fin de purificar su espíritu de los numerosos e inoportunos pensamientos, y para que su espíritu llegue a ser monje en sí mismo, sólo delante del verdadero Dios, sin acoger jamás los pensamientos que provienen del mal; al contrario, se purifica enteramente como conviene y permanece puro ante Dios."
“Macario”, Homilías espirituales 56, 1

domingo, 19 de abril de 2009

HOMILÍA PASCUAL DE NUESTRO PADRE ENTRE LOS SANTOS SAN JUAN CRISÓSTOMO


Aquél que es devoto y amante de Dios, que disfrute de esta magnifica y brillante fiesta. Aquél que es un siervo agradecido, que entre alegremente en el gozo del Señor. Aquél que está cansado en ayuno que reciba ahora el denario de recompensa. Si a1guien ha trabajado desde la primera hora, que reciba su gratificación correspondiente. Si a1guien ha llegado después de la tercera hora, que participe en la fiesta agradecido. Aquél que llega después de la sexta hora, que no dude: él nada pierde. Si a1guien ha demorado hasta la novena hora, que se aproxime, sin vacilación. Aquél que llega en la undécima hora, que no tema a causa de su demora, porque el Señor es de gracia y de generosidad. El recibe tanto a los últimos como a los primeros. El concede descanso al que viene en la undécima hora, igual como aquél que ha trabajado desde la primera. hora. El tiene misericordia del último, y satisface al primero. A aquél da, y a éste regala. El recibe las obras y acepta la intención. Honra los hechos, y alaba el empeño. Por lo tanto, entrad vosotros todos al gozo de vuestro Señor. Los primeros y los últimos, tomad vuestra recompensa. Ricos y pobres, regocijaos y alegraos juntos. Porque la mesa está llena, deleitaos de ella todos. El ternero está echado entero; que nadie se retire con hambre. Regocijaos todos del banquete de la fe. Disfrutad de todas las riquezas de la bondad. Que nadie se queje de su pobreza, porque el Reino Universal se ha manifestado. Que nadie se lamente a causa de los pecados, porque el perdón ha surgido resplandeciente del Sepulcro. Que nadie tema la muerte, porque la muerte del Salvador nos ha librado. Porque destruyó la muerte cuando ésta se apoderó de El. Aquél que descendió al infierno aniqui1ó al infierno; y lo hizo experimentar la amargura; cuando éste tomó su Cuerpo. Esto predijo Isaías cuando exclamó diciendo: "El hades fue amargado, cuando Te encontró abajo. Ha sido amargado, funestamente, porque ha sido destruido. Ha sido amargado porque ha sido encadenado. Recibió un Cuerpo, y he aquí que era Dios. Tomó la tierra, y encontró Cielo. Tomó lo visible, y fue vencido invisiblemente. ¿Oh muerte dónde está Tu poder? ¿Oh hades dónde está Tu victoria Cristo resucitó, y fuiste aniquilado. Cristo resucitó y fueron arrojados los demonios, Cristo resucitó y los Angeles se regocijaron. Cristo resucitó y reinó la vida. Cristo resucitó, y los sepulcros se vaciaron de los muertos. Porque Cristo habiendo resucitado de entre los muertos, fue el Primogénito de entre los muertos, a El sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.

sábado, 18 de abril de 2009

ANASTASIS

HISTOS A INVIAT! ¡CRISTO HA RESUCITADO!
Contemplando este icono, comprendemos que el triunfo de Cristo sobre la muerte, es nuestro propio triunfo. Cristo desciende al abismo,también al de cada hombre, y nos rescata del pecado y de la muerte. Confesamos que el Resucitado es también Resucitador.

miércoles, 15 de abril de 2009

MARIE-MADELEINE DAVY


"En la soledad mis raíces ya no están pegadas en aquello que es transitorio. Las raíces que se sumergen para hacer subir la savia, no pertenecen ya más al mundo visible. Es el mundo invisible el que nutre; el mundo invisible que no cesa de aligerarnos del peso de las pruebas que nos pone la existencia"
Publicado por ErmitañoUrbano

martes, 14 de abril de 2009

SEMANA SANTA + SAPTAMANA MARE + MEGALI EBDOMAS

ICONO DEL NOVIO
"Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos están celebrando un ayuno: “¿Por qué tus discípulos no ayunan?”. Siempre en lo religioso se mete la nota la hipocresía y de la apariencia, de los legalismos. Cristo que busca la sinceridad en el adorar a Dios y en la renovación interna y sincera del hombre responde como han escuchado hoy en el evangelio": “¿Es que pueden ayunar los amigos del novio mientras el novio está con ellos?” Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. Llegará un día en que se lleven al novio y aquel día sí que ayunarán”.
Mons. Oscar Romero

domingo, 12 de abril de 2009

UNA COLABORACIÓN

H. Macario! seguro que ya vio la pelicula, pero para este viernes santo y el sábado me parece re linda pelicula para meditar sobre el dolor la historia de Santa Teresa de los Ándes.

http://santa-teresa-de-los-andes.blogspot.com/

MONASTERIOS DE WADI NATRUM




En Wadi Natrum se localizan los centros espirituales más antiguos del cristianismo copto, los primeros anacoretas se instalaron en esta región en la fueron surgiendo pequeños monasterios durante el siglo IV, posteriormente serian sustituidos por construcciones más ambiciosas. Algunos de estos grandes monasterios siguen acogiendo comunidades religiosas en nuestros días. San Macario comenzó con unas cuevas que en el curso de los siglos se han ido ampliando y que a las tres pequeñas iglesias originarias les fue envolviendo todo un complejo monástico ... que a su vez fue rodeado de unas altísimas murallas de gran grosor que les protegían de los violentos ataques a los que fueron sometidos por beduinos y árabes de otras épocas.Con el mismo aspecto exterior de robusta fortaleza se presentan los monasterios de San Bishoi y Suriani, a tan solo 500 m. el uno del otro.


En la capilla de San Bishoi, los peregrinos besan y rezan con gran devoción ante la tumba del santo, donde descansan sus restos incorruptos envueltos en un cilindro con una tela bordada con su cara y cuerpo. Las alusiones pictóricas a los episodios más destacados de la vida de los santos son constantes, en algunos casos con iconos de gran valor artístico. Monasterio de Baramus, s.IV-VI, verdadera fortaleza para protegerse de los ataques exteriores (foto primera)

sábado, 11 de abril de 2009

Las Dificultades en la oración




"La dificultad habitual de la oración es la distracción. En la oración vocal, la distracción puede referirse a las palabras y al sentido de éstas. La distracción, de un modo más profundo, puede referirse a Aquél al que oramos, tanto en la oración vocal [litúrgica o personal], como en la meditación y en la oración contemplativa. Salir a la caza de la distracción es caer en sus redes; basta volver a concentrarse en la oración: la distracción descubre al que ora aquello a lo que su corazón está apegado. Esta humilde toma de conciencia debe empujar al orante a ofrecerse al Señor para ser purificado. El combate se decide cuando se elige a quién se desea servir." más...

viernes, 10 de abril de 2009

Ella existe


El segundo encuentro que deseo referir fue precisamente mientras estaba sentado durante esas horas junto a uno de mis padres… una madrugada años atrás, cuando ante la desesperación y frustración por falta de apoyo para trabajo eclesiástico le decía muy triste a uno de mis padres espirituales,…. con las cosas que están pasando, con las acciones que veo, con la falta de trabajo en la Iglesia a veces hay personas que piensan que la Iglesia de Cristo se perdió en el tiempo, que quizá ELLA ya no exis… y así como se quedó mi frase, me quedé yo, pues mi padre espiritual, que como siempre sabía lo que iba yo a decir antes de pronunciarlo siquiera, quizá incluso antes de que lo hubiera yo pensado,me interrumpió, me miró como nunca me ha mirado y en sus ojos vi el fuego de la fe y la paz de Cristo conjugadas de forma maravillosa……. Me miró fijamente y medijo: ELLA EXISTE. Jamás en mi vida he olvidado ese momento, si alguna vez tuve duda en ese minuto desapareció. No fue una orden, no fue una imposición, fue una paz de lo alto que reposó en mi corazón a través del fuego de su mirada. En el silencio de la noche del desierto y en voz muy baja. Dios sabe como ese segundo ha marcado mi vida para ESTAR CIEN POR CIEN SEGURO QUE ESA MISMA IGLESIA HASTA HOY EXISTE.

Segundo extracto del mensaje en Hisporto

Trapenses



El viaje hacia el monasterio llevó doce horas y ya en el remis, campos vacíos y enorme cielo me regocijan, anticipando el silencio que prometieron.
Algunos pequeños bosques anuncian los edificios umbrosos, entre grises y verdes, antiguos, cansados.
Golpear la puerta gruesa y tosca de la portería y verlo aparecer anciano, arrugado, quedo, me introduce en un espacio interno críptico.
El monje aquel, me conduce solo con ademanes, a la oquedad del claustro; el ruido que nuestros pasos leves hacen sobre la piedra, parece lo único vivo.
Ya solo en la celda, reviso los horarios, que alternan entre oraciones cantadas y silenciosas, entre ceremonias y letanías repetitivas y centrantes.
Desde la madrugada cerrada hasta bien entrada la mañana, los orantes buscamos la sensación sagrada, la devoción que inflama, el encuentro sacro; mientras el sueño, la pesadez y el tedio, conspiran y alejan hacia fuera, hacia el cobijo de los sentidos.
Hábitos blancos y capuchas amplias esconden los rostros, que en lo íntimo, expresan lo que atraviesa el alma.
La biblioteca arcaica y devota destila un hermoso olor a pergaminos, que aventuran fórmulas, métodos, secretos atajos hacia el corazón de Dios.
La comida frugal, la lectura como compañía , las tareas del campo; atraviesan la tarde casi hasta vísperas, donde el crepúsculo esconde todo color y deja un mudo vacío.
La angustia hecha gemido resulta, ahora sí, oración eficaz.
Y es en la profundidad del llanto donde encuentra mi ser su calma, porque afianzo en la verdad de mi mismo, en mi desnuda ignorancia, en el absoluto desamparo.
Y es al reconocer la tragedia de la vida finita y condicionada al extremo, donde me siento obra de intención ajena y desconocida.
Es al sentirme vencido, abrumado por un plan inabarcable de ignoto sentido, cuando veo surgir, aleteando emancipada, una firme esperanza, una confianza terca en que tanto dolor y tanta maravilla escondan infinito amor.

Mario Rovetto

jueves, 9 de abril de 2009

A propósito de Internet



...un encuentro con un monje al que respeto y quiero en gran forma, quien me decía un día… Jacobo, hay tres niveles de discusión y conocimiento en estos temas, el más básico lo que encontramos en internet en ese nivel hay de todo, cada quien expone lo que desea, cada quien habla según su criterio, con o sin asidero, cada quien manifiesta sus propias ideas… allí no hay mucho de calidad profunda que aprender, allí cada quien expone su: YO PIENSO… el segundo nivel de conocimiento son los libros, allí tendrás siempre una fuente más basta y profunda de información principalmente en temas espirituales, libros en donde podrás conocer a los padres, su espiritualidad y pensamiento, a los Doctores de la Iglesia, a la lucz de la fe, quienes lastimosamente no están para debatir por internet… estando en ese nivel de discusión, el de los libros, las personas dicen: "Como sostiene San Juan Crisóstomo, Como refiere San Basilio el Grande, como los Padres indican, etc… y el tercer y más profundo nivel donde hallarás lo más puro del conocimiento espiritual se da a través de conversaciones con personas que han experimentado lo que leyeron en los libros, personas que viven realmente el cristianismo y que por su vida, su oración o su labor diaria dedicada al Señor no tienen tiempo siquiera de escribir un libro… esas son las conversaciones hijo mío que te edificarán como un cristiano real y donde podrás profundizar en la más densa y profunda información. Allí a veces se cita lo que fue leído en libros pero sobre todo se siente la transmisión de la experiencia personal de la acción del Espíritu Santo en quien habla y eso no está en los libros… es un nivel de información al que sólo los que conversan con esos seres, pueden tener acceso. Habiendo entendido la gran verdad de estas palabras y por sobre todo habiendo experimentado estos tres grados de conversaciones- discusiones en mi vida, comprobé la verdad de lo dicho y por ello disfruto cuando Dios me lo permite, de sentarme horas enteras a los pies de mis padres espirituales a conversar con ellos muchas de las cosas que pienso o que siento… y a aprender de su vida interior y su experimentación de lo que es la Iglesia, sin duda esas han sido las madrugadas más hermosas de mi vida donde el silencio y la mirada fija de mis padres lo dice todo. A veces sobran las palabras…

Fragmento de un mensaje aparecido en el Foro Ortodoxo Hisporto

martes, 7 de abril de 2009

¿La oración sola o también el trabajo? (5)


Así podemos formular el problema que desde antiguo preocupaba a los monjes.¡Ora et labora! Las palabras de S. Benito se repiten hasta hoy. Pero no nos damos cuenta que ellas son fruto de una larga discusión y parecen ser una especie de componenda, y esto en una cuestión muy importante como es el fin de la vida monástica. Según la legislación de Justiniano (50), ella no tiene otro objetivo que la contemplación. Los monjes tomaban literalmente la exhortación de S. Pablo: "Orad sin interrupción" (I Tes. 5, 17). Pero ellos rechazaron también la herejía de los mesalianos, para los cuales el trabajo sólo conviene a los laicos, sucesores de Marta que se fatigaba para el Señor, mientras que los monjes prefieren seguir a María en la contemplación a los pies de Jesús (Luc. 10, 42) (51).Los monjes ortodoxos no rechazaron el trabajo en el desierto. El trabajo monástico es un tema interesante para estudiarlo, como demuestra un libro de A. Quacquarelli (52).Sin embargo no era siempre igual el motivo que los empujaba a esta actividad.Ciertamente, como para Antonio y otros solitarios, el trabajo no era más que un desahogo, un medio útil para no enloquecerse por el esfuerzo continuo de la oración (53). Por eso el trabajo es querido sólo según este criterio: en cuanto no molesta a la oración explícita.La solución teorética de este problema, como leemos en Orígenes, Afrate, Agustín, Benito (54) es más ponderada, deja el camino abierto hacia otra dirección. En estos textos clásicos se lee que el trabajo, sabiamente alternado con la oración, como tal en sí mismo ya vale como oración (55).Se trataba de ver cómo, en la práctica, el trabajo fuese una verdadera oración, porque sólo así se podía satisfacer el mandamiento del apóstol: "Orad sin descanso" (1 Tes. 5, 17).Pero Basilio tuvo el coraje de dar vuelta el problema, propuesto en estos términos. ¿El hombre fue creado sólo para rezar? Seremos juzgados por nuestras obras: No sólo los laicos, sino también el monje debe "abundar en las obras de Dios" (56). Basilio no llama opus Dei sólo a la recitación de los salmos, como sucede en la terminología benedictina, sino a todo trabajo hecho con buena disposición, diáthesis agathé (57). Los monjes basilianos no trabajan tan sólo dentro de la clausura. El mismo Basilio no olvidó que era médico, y utilizó su arte durante las calamidades públicas (58).Si los monjes basilianos trabajaban, de los estuditas se puede decir que trabajaban muchísimo; la polyergia es una nota característica de su fundador (59). Además fue un óptimo organizador. No es de maravillarse que los monasterios tuvieran un buen rendimiento incluso desde el punto de vista económico, podían construir iglesias magníficas, bibliotecas, mantener escuelas, orfanatos, asilos para ancianos, etc.Pero parece que a veces trabajaban también cuando no había una necesidad en particular. El biógrafo de S. Atanasio Atonita se excusa que su héroe, al comienzo, "trabajaba poco". ¡Era un hombre! Más tarde remedió ese defecto plantando viñas (60). No hablemos de San Máximo Causocalivita, quien adoptó la hermosa costumbre de construir una campana y luego fundirla. Sin embargo es justamente él quien tiene esas magníficas visiones descriptas en la Filocalia (61). Pero todo esto pone en peligro el ideal de la vida monástica. El trabajo organizado y provechoso para los otros implica preocupaciones. Pero no hay peor enemigo de la oración, de la unión con Dios, que los merimnai, las preocupaciones materiales (62). Según la bella definición de Juan Clímaco, la verdadera oración está olvidada de las cosas inútiles y de las útiles" (63).Los esicastas, aunque no sean mesalianos, no favorecen demasiado el trabajo, especialmente lo que llamamos actividad apostólica. La dejan gustosamente a los obispos y sacerdotes. Ellos son laicos que tienen derecho a la vida privada. Toman el consejo de Casiano: Monachus fugiat mulieres et episcopos ("que el monje huya de las mujeres y de los obispos") (64), porque tanto las mujeres como los obispos, bajo aspectos distintos, hacen participar al monje de sus preocupaciones.Pero el solitario ¿está verdaderamente libre de toda preocupación terrena por el solo hecho de que no trabaja? En las Colaciones de Casiano el abad Juan discute este problema y busca optar por las ventajas de la vida cenobítica o de la vida eremítica, en este tema. Es verdad que en la vida común hay diversas preocupaciones, pero también en la vida eremítica hay una peor que todas las otras: la preocupación por el día de mañana, el ocuparse de qué se comerá (65).La solución del problema, encontrado por los esicastas del Monte Athos es ideal. Viviendo en los llamados hesycasteria dependientes del monasterio se tiene una doble ventaja. Por una parte se sigue el ritmo solitario, se cultiva la amerimnia. Por otra parte la dependencia del monasterio quita también la preocupación por el alimento. Una situación que parece ideal.
Publicado por ErmitañoUrbano Tomás Spidlik sj

domingo, 5 de abril de 2009

Euraxia o idiorritmia (4)


Otro elemento de antinomia puede ser formulado en los siguientes términos: la eutaxia, belleza del orden, y la idiorritmia, la espontaneidad del ritmo personal de vida.De hecho son dos rasgos característicos del espíritu griego desde el mismo comienzo de la civilización: el amor a la libertad personal y a la vez la admiración por el orden. Los hebreos, se suele decir (20), encuentran a Dios reflexionando sobre su historia; los griegos, en cambio, mirando el mundo. Lo que encantaba tanto en el cosmos era el orden perfecto, como el de una gran ciudad (megálé polis), habitación común de Dios y de los hombres (21).Después del hebreo Filón, los Padres de la Iglesia se dieron cuenta que una idolatría del orden conduce al ateísmo velado bajo la bella forma de un "dios cósmico", que no es otro que el Dios – fatum, la necesidad de las leyes físicas (22). Se esforzaban por defender la paternidad de Dios más allá de las leyes cósmicas. Pero no se atrevieron nunca a proponer el problema como un dilema: o Dios personal o el orden del cosmos; como aparece en los filósofos y en el determinismo científico moderno. Para los Padres griegos, al contrario, el orden perfecto es la prueba de que Dios Padre muestra en el cosmos su poder (23).¿No se podría quizás considerar como expresión artística de esta mentalidad la iglesia de Santa Sofía en Constantinopla? Quien la ha visto una vez, escribe Bulgakov (24), queda impresionado para siempre de lo que allí se le revela: el mundo en Dios y Dios en el mundo. Esta basílica es, a los ojos de Bulgakov, un "canto del cisne", resumen de lo que la Iglesia de siete Concilios dio a la Iglesia Universal. En fin, también el hombre bizantino debe sentirse a sus anchas ubicado bajo la cúpula, en medio de la armonía de las líneas y de las luces. También los rusos, cuando vieron este templo en plena acción litúrgica y en el tiempo de su máximo esplendor, confesaron, como afirma el relato de la conversión de San Vladimir: "No sabemos si estamos aún sobre la tierra o ya en el cielo" (25).En este mundo ordenado, también la convivencia humana, las relaciones entre las personas deben ser ordenadas y justamente proporcionadas.El emperador Constantino VII Porfirogénito, en su introducción a la obra sobre las ceremonias de la corte, ve en estas ceremonias un reflejo del orden cósmico: "Que el poder imperial pueda, ejercitado con orden y con medida (rythmo kai taxei) reproducir el movimiento armonioso que el Creador dio al universo entero; entonces (el Imperio) aparecerá ante nuestros súbditos más majestuoso y, al mismo tiempo, más agradable y admirable" (26). Esto que era un ideal demasiado elevado para la corte del imperio, debía realizarse en un monasterio. Cuántas veces leemos en las reglas de Basilio la exhortación de que todo sea hecho eusjrmónos kai kata taxin, según la justa forma y siguiendo el orden (27).Sin embargo, no sólo el reciente pensador N. Berdiaev (28) sino también los antiguos Padres descubrieron que en esta bella concepción (artística) de la vida se esconde un gran peligro. El hombre, individuo, un pequeño mundo, un microcosmos, está formado según el gran mundo, el macrocosmos. "En el cosmos los acontecimientos de nuestra vida siguen el movimiento de las estrellas", decían los astrólogos fatalistas. A ellos responde Gregorio de Nissa: ¡Sería indigno! El hombre, imagen de Dios, es incomparablemente superior a todos los movimientos del cosmos (29). Por eso los cristianos se sienten liberados de la esclavitud del orden cósmico. ¿Pero deben quizás caer en la esclavitud del orden comunitario de una sociedad estatal o también del monasterio?Un convento bien ordenado tiene un ritmo bello. Pero el alma humana tiene también ella su propio ritmo. ¿Y debería someterse al de los otros destruyendo su espontaneidad? Sabemos que todos los grandes artistas son "desordenados". La inspiración no soporta el cronómetro. ¿Lo deben soportar los inspirados de Dios, los grandes santos? Algunos, como hemos visto en Basilio y en Teodoro Estudita, lo soportaban porque lo habían elegido y lo admiraban. Pero, digámoslo sinceramente, también porque ellos mismos habían creado este orden con su inspiración. Los otros, en cambio, fueron metidos dentro, y puede darse que con toda la buena voluntad no logren adaptarse al ritmo común.El idios rythmos fue proscripto como un vicio también por Juan Clímaco (30), aunque él mismo sabía cuán difícil es, a veces, rezar junto con los otros, dado que el ritmo de la recitación es diferente para cada persona (31).Pero el monje no reza sólo durante el oficio en el coro. Toda su vida debe ser una plegaria continua (32). ¿Porqué no abandonarse al ritmo propio?, o sea, como dice con horror José de Volokolamsk a propósito de ciertos monjes, que se preguntaban "si no sería mejor vivir donde no existan ni leyes ni reglamentos, donde no se impone ni deber, ni fardo, ni prohibición... donde cada uno pueda vivir independiente y libre, según su comodidad y su elección" (33). El autor ruso imploró a sus monjes que no hablaran así, pero fue demasiado tarde. En su época la idiorritmia ya estaba aprobada como un modo legítimo de vivir: y no quedó relegado sólo a los eremos, sino que invade también a los grandes conventos para desintegrarlos (34).En vano las autoridades eclesiásticas buscaban frenar este proceso. Lo cual significa que también la otra parte tenía sus buenas razones para transformar la idiorritmia de vicio en una virtud. Tomás Spidlik sj
Publicado por ErmitañoUrbano

viernes, 3 de abril de 2009

Juan Clímaco, autor de la escala de virtudes.




"La Escala al Paraíso" fue un libro inmensamente popular que logró para su autor, Juan el Escolástico, el sobrenombre de "Clímaco," por el que es generalmente conocido. Fue originario de Palestina y se dice que fue discípulo de San Gregorio Nazianceno. A la edad de dieciséis años, se unió a los monjes establecidos en el Monte Sinaí. Después de cuatro años que pasó probando su virtud, el joven novicio profesó y fue puesto bajo la dirección de un hombre santo llamado Martirio. Guiado por su padre espiritual, dejó el monasterio y se instaló en una ermita cercana aparentemente para acostumbrarse a dominar la tendencia a perder el tiempo en ociosas conversaciones. Al mismo tiempo, nos dice que, bajo la dirección de un director prudente, logró salvar obstáculos que no habría podido vencer si hubiera intentado hacerlo por sí solo. Tan perfecta fue su sumisión, que tuvo por regla nunca contradecir a nadie ni discutir cualquier argumento que sostuvieran aquellos que lo visitaban en su soledad.
Después de la muerte de Martirio, cuando San Juan tenía treinta y cinco años de edad, abrazó por completo la vida eremítica en Thole, un lugar solitario, pero suficientemente cercano a una iglesia que le permitiera a él y a los otros monjes y ermitaños de la región poder asistir los sábados y domingos al oficio divino y a la celebración de los santos misterios. En este retiro, el santo pasó cuarenta años, adelantando más y más en el camino de la perfección. Leía la Biblia con asiduidad, así como a los Padres y fue uno de los santos más eruditos del desierto; pero todo su propósito era ocular sus talentos y esconder las gracias extraordinarias con que el Espíritu Santo había enriquecido su alma. En su determinación de evitar toda singularidad, tomó parte en todo aquello que era permitido a los monjes de Egipto, pero se alimentaba tan frugalmente, que más parecía probar los alimentos que comerlos.
Su biografía refiere con admiración que era tan intensa su compunción, que sus ojos parecían dos fuentes que nunca cesaran de manar lágrimas y que en la caverna, a la que él acostumbraba retirarse para orar, las rocas resonaban con sus quejas y lamentaciones.
Se nos dice que Dios le concedió una gracia extraordinaria para curar los desórdenes espirituales de las almas. Entre otros a quienes él ayudó, hubo un monje llamado Isaac, llevado casi al borde de la desesperación por las tentaciones de la carne. Juan se dio cuenta de la lucha que sostenía y después de elogiar su fe, dijo: "Hijo mío, acudamos a la oración." Se postraron ambos en humilde súplica y, desde aquel momento, Isaac quedó libre de sus tentaciones. Otro discípulo, cierto Moisés, que parece en algún tiempo haber vivido cerca del santo, después de acarrear tierra para plantar legumbres, fue vencido por la fatiga y se durmió bajo el ardiente sol, al amparo de una gran roca. Repentinamente fue despertado por la voz de su maestro y se precipitó hacia adelante, justo a tiempo para evitar el ser aplastado por un alud de piedras. San Juan, en su soledad, tuvo conocimiento del peligro que lo amenazaba y había estado rogando a Dios por su seguridad.
A la muerte del abad de Monte Sinaí, fue unánimemente escogido para sucederle. Poco después, durante una gran sequía, la gente acudió a él como a otro Elías, rogándole que intercediera ante Dios por ellos. El santo encomendó su desgracia al Padre de las Misericordias y una abundante lluvia contestó a sus oraciones. Tal era su reputación, que San Gregorio el Grande, que ocupaba entonces la Silla de San Pedro, escribió al santo abad pidiéndole sus oraciones y enviándole camas y dinero para el uso de los numerosos peregrinos que acudían al Monte Sinaí.
Durante cuatro años, San Juan gobernó a los monjes con tino y prudencia. Sin embargo, había aceptado el cargo con cierta renuencia y encontró manera dé renunciar a él poco antes de su muerte. Había llegado a la edad de ochenta años, cuando entregó su alma en la ermita que le había sido tan querida. Jorge, su hijo espiritual, que le había sucedido como abad, rogó al santo agonizante que no permitiera que ellos dos se separaran. Juan le aseguró que sus oraciones habían sido oídas y el discípulo siguió a su maestro en el lapso de pocos días.
Además del "Climax" como se titula su "Escala al Paraíso" tenemos otra obra de San Juan: una carta escrita al abad de Raithu, en la que describe las obligaciones de un verdadero pastor de almas. En el arte, Juan es siempre representado con una escalera.
En su pensamiento ejercieron especial influencia Gregorio Nacianceno y San Dionisio. Pero su primera fuente es la experiencia como monje y asceta. Su Escalera es justamente una guía para recorrer el camino interior hacia Dios. El asceta reconoce que alcanzar su meta (desligarse del mundo y unirse a Dios) no depende sólo de él, por ello se educa en la humildad sometiendo su voluntad a la guía espiritual, al pastor.
La Scala Paradisi consta de treinta escalones. Los primeros veintitrés están referidos a la lucha contra los vicios, los siete restantes a la adquisición de las virtudes. El primer paso que debe dar el monje es renunciar al mundo, mediante el desprendimiento de las cosas materiales y el desasimiento interior, retirándose a una vida solitaria. De este modo, separado de todo, puede mantenerse unido a Dios a través de la meditación y alcanzar al ser que verdaderamente es. Así, habiendo vencido los vicios y debilidades de la carne y del alma, habiéndose aislado del mundo y elevado más allá de la Creación por el pensamiento y el amor, logra la impasibilidad, la paz del alma, “la muerte del alma y la muerte de la inteligencia antes que muera el cuerpo”, y se abre para recibir a aquel que lo sobrepasa, a Dios, muriendo para el mundo y resucitando en la vida contemplativa. Llegado a este punto, en el que ha logrado la perfecta obediencia —afligiéndose sólo cuando se sorprende haciendo su voluntad y no la de Dios—, al monje sólo le falta la oración para unirse con Dios.
No se llega a Dios por los esfuerzos de la razón sino por la adhesión del alma enamorada. El hombre es imagen y semejanza de Dios y el amor constante a Dios es lo propio del alma. El alma que se reforma buscando recuperar su condición de imagen y semejanza de Dios, que se purifica, no necesita ya de la razón para mostrar a Dios, pues lo tiene dentro de sí. El asceta medita diariamente sobre la muerte. Le produce horror la posibilidad de que ésta le llegue sin que él esté preparado. Además, teme la muerte de su contemplación, que lo llevaría a separarse de Dios y renacer para el mundo. Meditando sobre la muerte, el asceta se une más a Dios y se prepara para la eternidad.
Al pastor dedica Juan la parte final de su obra, titulada Carta al pastor. Allí afirma que el verdadero pastor no guía por conocimientos recibidos desde afuera sino en base a una iluminación interior por la que conoce a Dios. El verdadero pastor, que recibe su sabiduría de Dios, es capaz de guiar no sólo a las ovejas dóciles y obedientes sino también a las incultas y desobedientes. El prototipo del buen pastor no es otro que el propio Jesucristo.
Para ver página oficial pulsar sobre foto

jueves, 2 de abril de 2009

La pobreza que quiero amar.







"Me parece la cosa más absurda del mundo sentirme tan contrariado sólo porque soy débil, distraído, ciego, y no hago más que cometer errores. ¡Como si pudiera esperarse otra cosa! ¿Va a amarme Dios menos porque no consiga santificarme por mí mismo, ayudado por mis propias fuerzas y a mi manera? Él me ama más porque soy torpe y desvalido sin Él. Y por debajo de lo que soy Él ve lo que algún día seré por puro don Suyo. Esto le complace, y a mí, por tanto, también; y espero Su gran amor, que es mi alegría"



"...o más bien a la voz de la propia conciencia "(4)



La experiencia de Simeón el Nuevo Teólogo fue característica (12). El joven veinteañero, de hermoso aspecto, con modales elegantes, comienza a leer los libros santos. ¿De qué tipo? No las reglas monásticas, ni las instrucciones ascéticas, sino las biografías de los santos. Son las personas "vivas" las que le interesan, no las enseñanzas abstractas. Los otros lo desaniman diciendo que tales santos no existen ahora. ¿Y él?. "No puedo creerlo.. Entonces diré: ¡Señor ten piedad! ¿Acaso el diablo se ha hecho más fuerte que Dios nuestro maestro por el hecho de haber atraído a todo el mundo a su lado, de tal modo que no quede ninguno del lado de Dios?" (13).Simeón empieza a buscar no un monasterio sino un hombre. Finalmente lo encuentra en la persona de Simeón Estudita. ¡Qué cosa no haría para estar a su lado!" Al fin entra en el monasterio de los Estuditas sin ignorar el orden rígido que allí dominaba. Pero el orden no lo convirtió, fue, al contrario, la causa por la cual fue echado fuera, novicio demasiado irregular en las prácticas comunes. Pero él ya tenía su formación espiritual. Su maestro le dio para leer a Marcos el Eremita: Sobre la ley espiritual (14). El joven queda impresionado por una sentencia (15); "si quieres curarte, permanece atento a tu conciencia, haz todo lo que ella te dice y encontrarás gran provecho".Estamos entonces frente a dos actitudes diversas de la pedagogía espiritual que duda siempre entre las dos posiciones opuestas del dilema: partir de la ley de Dios para formar la conciencia o, al contrario, partir de la voz de la conciencia y aceptar las leyes eternas según los reclamos del corazón. Simeón, el Nuevo Teólogo elige decididamente el segundo camino.¡Escuchar la propia conciencia, aceptarla como guía principal en la vida monástica! Este programa aparece tanto más fascinante cuanto el estudismo se hace más legalista a tal punto que la conciencia personal es dejada de lado.El problema, en espiritualidad, es antiguo. En la interpretación de Orígenes la ley escrita es un don de Dios para purificar, curar nuestra conciencia personal, como el pozo de Jacob que los Filisteos han contaminado con arena (16). Las Escrituras, para Basilio, son una "farmacia" donde se encuentran los medicamentos para curar el corazón (17).Así se hablaba en tiempos de los Padres. Pero José de Volokolamsk no cree en la curación de la conciencia. El pensamiento propio equivale al pecado, puesto que tenemos tal abundancia de bellas leyes -como arena del mar- escritas por el Espíritu Santo (18).No nos asombramos, entonces, que el "retorno a los Padres" interpretado de este modo, debiese suscitar la reacción opuesta que podía, por otra parte, recordar también ella ciertas sentencias de los Padres, como aquella de S. Antonio: "¿Qué es primero, la mente o los libros?. Quien tiene una mente sana, no tiene necesidad de libros" (19).
Publicado por ErmitañoUrbano