sábado, 6 de septiembre de 2008

LA FELICIDAD DE CONOCER EL CAMINO


Los sufrimientos espirituales son una realidad imponderable e invisible para la mayoría. El amor de Dios genera en nosotros toda una gama de distintos tormentos espirituales, que es necesario calificar de sobrenaturales y metafísicos. Exteriormente, quienes sufren de tales tormentos pueden encontrarse en condiciones que no son peores que las de los demás hombres, pero su alma no se satisface con riquezas o lujos, con privilegios o poder, ni siquiera con la gloria de este mundo(....) , su aflicción es más aguda que la de una madre que llora la muerte de un hijo.

Archimandrita Sophony (1896-1995)

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