jueves, 26 de febrero de 2009

YUROVIDIS


La Iglesia rusa tiene una palabra especial para tales santos, yurodivi, ascetas ortodoxos, ( locos por Cristo).El yurodivi, que significa algo entre loco y místico, solían peregrinar de pueblo en pueblo imitando la realidad del poderoso y parodiándola con conclusiones absurdas.A menudo intentan sobresaltar, comportamiento de choque poco convencional para desafiar normas aceptadas, entregar profecías o enmascarar su piedad. Ana Volkova señala que el gran descubrimiento de las primeras generaciones cristianas en Rusia: la kenotic en Cristo de los santos de Rusia". La región oriental de la Iglesia hablan de seguir (no imitar) a Cristo. Así como Cristo se humilló, el Santo Loco se humilla jugando el papel de un loco, como animal repugnante criatura. " Isaak, el primer santo loco de Rusia, tomó sobre sí la locura de un simulacro salos griego, y "no querer la gloria empezó a hacer tonterías molestar, ahora al abad, ya a los hermanos." .El Santo asceta loco representa la negación del mundo y la kenosis. " Él cree que "quien tiene la fe ama la deshonra", porque "Sin la gloria de este mundo estaban cerca de la gloria del cielo, y los hijos de este mundo no habrían crucificado al Señor de la Gloria, ¿qué esclavo se atreve a habitar en la casa donde su Señor no fue reconocido? Una humillación casi siempre voluntaria, a veces enfermiza (entre los«yurodivi» ha habido, sin duda, verdaderos enfermos), de la razón natural, la muerte radical a la sabiduría humana, tal es la característica esencial de la «locura por Cristo». El objeto de dicha locura es la humillación, tratándose de una locura simulada por razones ascéticas, o, sencillamente,la consecuencia de ser auténticos «pobres de espíritu». En ambos casos, el resultado es idéntico: la aspiración de una sabiduría nueva, sobrenatural, de una «sabiduría de corazón» que se manifiesta por la paz del alma, el amor de los enemigos, el don de la oración ferviente y, a veces, por unconocimiento profético del porvenir o de los pensamientos secretos del hombre. Los famosos «locos» del siglo XVI, cuyo profetismo político y social les asemejaba a los profetas del antiguo testamento, se servían de la «locura»para fustigar el «buen sentido» y la moral farisaica de los «justos», y se atrevían a humillar al Zar, a los ricos y los poderosos. San Basilio el«yurodivi» (en cuya memoria está edificada –en su tiempo– la más famosa catedral de Moscú), proclamando la paradoja cristiana del amor de Dios para los pecadores, besaba los muros de las casas impías. Otros subrayaban su«amistad» con la mujeres de mala nota, y, al contrario, públicamente insultaban a los celadores de la moral y a los representantes de la fuerza pública. San Basilio "se hace el loco" para denunciar en nombre de Cristo la crueldad inhumana de la autocracia zarista, frente a la cual la Iglesia oficial, cada vez más esclerotizada en un conformismo oficial y ritual, guarda silencio. Para el pueblo ruso, los «locos por Cristo» han sido siempre (y son hasta hoy día) la imagen viva de aquellos pequeños, de aquellos «pobres deespíritu» de aquellos «niños», a quienes están revelados los misterios del reino de Dios. Son portadores de la sabiduría sobrenatural, que aparece solamente después de haber humillado lo que se llama la «razón natural». La«locura de la Cruz» predicada por San Pablo, la sabiduría misteriosa y oculta en Dios, es eso lo que venera el cristiano ruso en sus «locos por Cristo», acordándose de que «antes eligió Dios la necedad del mundo para confundir a los sabios...» (I Cor I, 27-29.) El tonto sabio en Rusia era la única figura de la cultura cristiana a la que se le permitía crear imágenes, interpretar papeles, hacer burlas. Era la única permitida para usar el poder de su imaginación, por eso el Santo Tonto ha sido comparado al actor e incluso es visto como prototipo del artista. En la literarura rusa se encuentra en páginas de Pushkin y Dostoievski,Andrés Biely y Mijail Zoshchenko. En todas ellas el “loco santo” es portador de una verdad.

Bernardo Puente. miembro de la Comunidad Virtual de la Transfiguración. (texto adaptado)
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miércoles, 25 de febrero de 2009

LA ORACIÓN


"Cierto es que la vida santa y conforme al servicio de Dios, claro está que la oración la produce y maravillosamente la guarda como un tesoro en nuestras almas. Porque sea que uno ame la virginidad, sea que se esfuerce por guardar la moderación propia del matrimonio, o por superar la ira, o por familiarizarse con la mansedumbre, o por vencer la envidia, o por cumplir cualquier otro deber, teniendo por guía a la oración que le vaya hallando la senda del modo de vivir que haya escogido, hallará expedita y fácil la carrera de la piedad. "

Alineación a la derechaSan Juan Crisóstomo

LA ACEDIA



"El ojo del acedioso se fija en las ventanas continuamente y su mente imagina que llegan visitas: la puerta gira y éste salta fuera, escucha una voz y se asoma por la ventana y no se aleja de allí hasta que, sentado, se entumece.
Cuando lee, el acedioso bosteza mucho, se deja llevar fácilmente por el sueño, se refriega los ojos, se estira y, quitando la mirada del libro, la fija en la pared y, vuelto de nuevo a leer un poco, repitiendo el final de la palabra se fatiga inútilmente, cuenta las páginas, calcula los párrafos, desprecia las letras y los ornamentos y finalmente, cerrando el libro, lo pone debajo de la cabeza y cae en un sueño no muy profundo, y luego, poco después, el hambre le despierta el alma con sus preocupaciones.
El monje acedioso es flojo para la oración y ciertamente jamás pronunciará las palabras de la oración; como efectivamente el enfermo jamás llega a cargar un peso excesivo así también el acedioso seguramente no se ocupará con diligencia de los deberes hacia Dios: a uno le falta, efectivamente, la fuerza física, el otro extraña el vigor del alma.
La paciencia, el hacer todo con mucha constancia y el temor de Dios curan la acedia.
Dispón para ti mismo una justa medida en cada actividad y no desistas antes de haberla concluido, y reza prudentemente y con fuerza y el espíritu de la acedia huirá de ti."
Evagrio el monje

sábado, 21 de febrero de 2009

Savonarola


"Hay un tesoro infinito para los hombres; los que lo han visto se han hecho partícipes de la amistad de Dios. Si me haces como un niño tendrás tu alabanza de mi voca; abrirás Tú mis labios y mi voca anunciará tu alabanza; te alabaré perfectamente como te alabaron los infantes y los niños de pecho"

Jerónimo Savonarola .
Última Meditación.

jueves, 19 de febrero de 2009

REGLAS PARA UNA VIDA PIADOSA




Acostúmbrate a levantarte temprano y en un horario especifico. Apenas te despiertes, eleva tus pensamientos a Dios, persígnate y agradécele el paso de la noche y sus misericordias hacia ti. Pídele que Él dirija tus pensamientos, deseos y sentidos, para que todo lo que digas y hagas sea de su agrado.Mientras te vistas recuerda que estás ante la presencia de Dios y del Angel Guardián.


Pídele a nuestro Señor Jesucristo que te vista con el ropaje de la salvación.Después de asearte reza por la mañana arrodillándote, concentrándote y humildemente, como corresponde ante la mirada del Todopoderoso. Pídele tener fe, esperanza y amor y además fuerza para recibir serenamente, lo que te traerá el nuevo día con sus complicaciones. Pídele que bendiga tus sacrificios y que te ayude a realizar tu tarea, eludiendo el pecado.


Si puedes lee algo de la Biblia, especialmente del Nuevo Testamento o los Salmos. Lee con el deseo de recibir la iluminación espiritual inclinando tu corazón hacia la humildad. Lee un poco, después medita, luego sigue leyendo, atendiendo a lo que Dios le inculca a tu corazón.Esfuérzate aunque sea un cuarto de hora para meditar sobre las verdades de la fe y sobre lo que has leído de provechoso para tu alma.Siempre agradece a Dios el no haber perecido en los pecados, y que El se preocupa por ti y siempre te lleva hacia el Reino de los cielos.Predisponete cada mañana de tal manera como si recién te hubieses decidido a ser Cristiano y vivir según los mandamientos de Dios.Comenzando tus tareas procura realizar todo para Gloria de Dios.


No inicies ningún trabajo sin oración, porque lo que realizamos sin oración termina siendo innecesario o perjudicial. Son ciertas las palabras de Dios: "Sin Mi no puedes hacer nada."Trata de parecerte al Salvador quien se esforzó, ayudando a José‚ y a su purísima Madre.Todos tus esfuerzos hazlos con bondad en el alma esperanzado la ayuda de Dios. Es bueno repetir constantemente la oración: "Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mi pecador."Si tus esfuerzos se realizan con éxito, agradécele a Dios, y si no son satisfactorios, entrégate a la voluntad de Dios, pues el piensa en nosotros y encamina todo hacia lo mejor.Todo lo difícil tómalo, para el perdón de los pecados con espíritu de obediencia y mansedumbre.


Reza antes de comer, para que Dios bendiga la comida y la bebida y después de comer agradécele y ruega no perder los bienes espirituales. Es bueno levantarse de la mesa sin haberse saciado totalmente. Los miércoles y viernes ayuna siguiendo el ejemplo de los primero cristianos.No seas avaro teniendo comida y ropa, se feliz con eso pareciéndote a Jesucristo que se humilló por nosotros.Trata de ser agradable a Dios en todo, para que tu conciencia no te haga padecer remordimientos. Minuciosamente controla tus pensamientos, sentimientos y los movimientos de tu corazón recordando que Dios te observa en todo lugar. Elude hasta los pecados menores, para no caer en los mas grandes. Cualquier pensamiento especialmente el impuro , que te aleja de Dios inmediatamente expúlsalo de tu corazón, como a una chispa de fuego que cae sobre tu vestimenta. Si no quieres que los malos pensamientos te acosen, recibe con tranquilidad la humillación de la gente.No hables en exceso, recordando que por cada palabra daremos explicaciones a Dios. Mejor es escuchar que hablar, ya que con las palabras es fácil caer en el pecado. No seas curioso en las novedades pues, ellas distraen el espíritu. No juzgues a nadie y piensa que tú eres el peor. Quien juzga a alguien se carga con sus pecados. Mejor reza por el pecador para que Dios por sus sendas lo enderece.Si alguien no te hace caso contigo, no entres en discusión con el, pero si su actitud perjudica a otros, entonces toma las medidas necesarias, porque el bien común es mas importante que el bien personal. Nunca discutas ni te justifiques, se humilde, silencioso y pacífico, toma todo con paciencia como nuestro Señor Jesucristo. El no te asignará una cruz superior a tus fuerzas y te ayudará a llevarla. Pídele a Dios la gracia de realizar sus santísimos mandamientos lo mejor posible, a pesar de que te parezcan difíciles. Habiendo realizado algo bueno no esperes recompensa si no tentaciones, porque es durante las tentaciones cuando se pone a prueba el amor a Dios. No pienses en lograr una virtud sin sufrir pena. En las tentaciones no te desalientes y dirigiéndote a Dios reza con oraciones breves "Señor, ayúdame...ilumíneme...no me dejes...ampárame" El Señor permite las tentaciones y al mismo tiempo da fuerzas para vencerlas. Pídele a Dios que elimine de ti todo lo que alimenta el amor propio, aunque para ti sea amargo. Evita ser frío, dubitativo, suspicaz, falso, competidor, abatido... Debes que ser franco y sencillo en el trato con el prójimo.


Con humildad recibe las ordenes de otros a pesar de que tu seas mas inteligente y tengas mayor experiencia. Lo que no deseas para ti, no se lo hagas a otro, y haz a otros lo que quieres para ti. Se amable con quien te visita, se humilde y juicioso, y cuando las circunstancias lo requieran, se ciego y sordo. En los momentos de debilidad no te olvides de rezar y hacer buenas obras. Todo lo que hagas en nombre de Jesucristo, por mas pequeño que sea, se transforma en bondadoso. Si quieres tener paz, entrégate a Dios. No tendrás paz espiritual hasta que no te tranquilices en Dios y queriéndolo a el únicamente.De tanto en tanto retírate en soledad como hacia Jesucristo para concentrarte en la oración y elevar los pensamientos hacia Dios. Medita sobre el amor infinito de Jesucristo, de sus sufrimientos y muerte, de su resurrección, de su segunda venida y del Juicio Final...Asiste a la Iglesia frecuentemente. Confiésate y comulga, con los santísimos misterios. Así estarás con Dios lo cual es un bien grandísimo. En la confesión arrepiéntete sinceramente de todos tus pecados pues el pecado que no se confiesa conduce a la muerte. Los domingos conságralos a la caridad y a la misericordia: visita a un enfermo, consuela al que sufre. Quien ayuda a otra persona a volver a Dios recibirá una gran recompensa en este y en el siglo venidero. Aconseja a tus amigos, que lean literatura religiosa y que participen en reuniones sobre temas espirituales. Que el Señor Jesucristo sea tu maestro en todo.


Constantemente dirige tus pensamientos a Dios y pregúntale cómo hubiera procedido él. Antes de dormir reza sincera y fervientemente y medita sobre los pecados cometidos durante ese día. Debes arrepentirte con dolor en el corazón y lágrimas en los ojos para no repetir los mismos pecados. Cuando te acuestas, persígnate, besa la cruz y encomiéndate a Dios, tu Buen Pastor, pensando que tal vez esa noche deberás presentarte ante Él. Acuérdate del amor de Dios hacia ti y ámalo con todo tu corazón, alma y pensamiento.Si te comportas como lo indican estas reglas piadosas, alcanzaras la vida bienaventurada en el reino de la luz eterna .


Arzobispo Platón

viernes, 13 de febrero de 2009

LA TRISTEZA


El monje afectado por la tristeza no conoce el placer espiritual: la tristeza es un abatimiento del alma y se forma de los pensamientos de la ira.
El deseo de venganza, en efecto, es propio de la ira, el fracaso de la venganza genera la tristeza; la tristeza es la boca del león y fácilmente devora a aquel que se entristece.
La tristeza es un gusano del corazón y se come a la madre que lo ha generado.
Sufre la madre cuando da a luz al hijo, pero, una vez alumbrado se ve libre del dolor; la tristeza, en cambio, mientras es generada, provoca largos dolores y sobreviviendo, después del esfuerzo, no trae sufrimientos menores.
El monje triste no conoce la alegría espiritual, como aquel que tiene una fuerte fiebre no reconoce el sabor de la miel.
El monje triste no sabrá cómo mover la mente hacia la contemplación ni brota de él una oración pura: la tristeza es un impedimento para todo bien.
Tener los pies amarrados es un impedimento para la carrera, así la tristeza es un obstáculo para la contemplación.
El prisionero de los bárbaros está atado con cadenas y la tristeza ata a aquel que es prisionero de las pasiones.
En ausencia de otras pasiones la tristeza no tiene fuerza como no la tiene una atadura si falta quien ate.
Aquel que está atado por la tristeza es vencido por las pasiones y como prueba de su derrota viene añadida la atadura.
Efectivamente la tristeza deriva de la falta de éxito del deseo carnal porque el deseo es connatural a todas las pasiones. Quien vence el deseo vencerá las pasiones y el vencedor de las pasiones no será sometido por la tristeza.
El temperante no se entristece por la falta de alimentos, ni el sabio cuando lo ataca una disolución desquiciada, ni el manso que renuncia a la venganza, ni el humilde si se ve privado del honor de los hombres, ni el generoso cuando incurre en un pérdida financiera: ellos evitaron con fuerza, en efecto, el deseo de estas cosas: como efectivamente aquel que está bien acorazado rechaza los golpes, así el hombre carente de pasiones no es herido por la tristeza.

Evagrio el monje

martes, 10 de febrero de 2009

HESIQUÍA


HESIQUÍA (isihía): indica al mismo tiempo recogimiento, silencio, soledad exterior e interior, unión con Dios. Es un termino técnico en la historia de la espiritualidad monástica, que refiere el estado de quietud y de silencio de todo el ser del hombre, necesario para permanecer con Dios: es una concentración sobre lo único necesario (cf. Lc 10:42), buscada también mediante condiciones externas. De tanto en tanto, el término podrá referirse al solo aspecto interior y espiritual, o bien, a las condiciones externas que lo favorecen, o a ambas cosas.

EL DEMONIO DE LA TRISTEZA





Todos los demonios enseñan al alma el amor por el placer: sólo el demonio de la tristeza se abstiene de ello. Por el contrario, destruye todos los pensamientos insinuados por los otros demonios, impidiendo al alma sentir cualquier placer, insensibilizándola con su tristeza. Es cierto lo que se ha dicho: que los huesos del hombre triste se tornan áridos (Pr 17:22). Y sin embargo, si se lucha un poco, este demonio sirve para fortalecer al solitario. Lo convence de no acercarse a ninguna de las cosas de este mundo ni a ningún placer. Si persiste en su lucha, genera en él pensamientos que lo inducen a alejar su alma de este tormento o lo fuerzan a huir de ese lugar. Tal es lo que ha pensado y sufrido el santo Job, atormentado por este demonio: Ojalá pudiera echar mano a mí mismo u otro, a mi pedido, así lo hiciera (Jb 30:24). Símbolo de este demonio es la víbora, animal venenoso. La naturaleza le ha concedido, benevolentemente, el que pueda destruir los venenos de los otros animales, pero si la tomamos en estado puro, destruye la vida misma. Es a este demonio que san Pablo ha entregado el hombre de Corinto, que había pecado. Pero luego se apresura a escribir a los Corintios: Os ruego que confirméis vuestro amor por él, para que no sea consumido por la excesiva tristeza (Cf. 2Co 2:8-7). Y sin embargo, este espíritu que aflige a los hombres es capaz de ser portador de un arrepentimiento bueno. Y así también san Juan Bautista ha denominado "raza de víboras" a aquellos que han sido heridos por este espíritu, y que se refugiaban en Dios, diciendo: ¿Quién os ha enseñado ha huir de la ira que vendrá? Dad, pues, frutos dignos de arrepentimiento y no penséis decir dentro de vosotros: a Abraham tenemos por padre (Mt 3:7-9). Todo el que ha imitado a Abraham y se ha alejado de su tierra y de su parentela, se ha vuelto más fuerte que este demonio.
Si alguno es dominado por la cólera, está dominado por los demonios. Y si alguien le sirve, éste es extraño a la vida monástica, un extranjero en las vías de nuestro Salvador, dado que el mismo Señor nos dice que Él muestra el camino a los humildes. Por tanto, cuando el intelecto de los solitarios se refugia en la llanura de la mansedumbre, difícilmente puede ser poseído, ya que no hay otra virtud que los demonios teman más que la misma. Ésta es la virtud que había adquirido el gran Moisés, quien fuera conocido como el más manso de los hombres. Y el santo David ha declarado que esta virtud es digna del recuerdo de Dios: Acuérdate de David y de toda su mansedumbre (Sal 131:1). Y también el Salvador mismo nos ha ordenado ser imitadores de su mansedumbre: Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón y hallaréis descanso para vuestras almas (Mt 11:29).
Si alguno ha renunciado a manjares y bebidas, pero excita su cólera con malos pensamientos, ¡se asemeja a una nave que navega con un demonio como piloto! Con todas nuestras fuerzas debemos cuidar de nuestro perro y enseñarle a destruir sólo los lobos, sin devorar las ovejas, dando prueba de mansedumbre hacia todos los hombres.


Evagrio el monje

jueves, 5 de febrero de 2009

Saber esperar



"Ser persona es esperar. No seríamos seres humanos sin esperanza, sin la capacidad de estar abiertos a experiencias y valores aún no alcanzados. Pero admitir esto significa también reconocer que somos incompletos; algo nos falta. Es desde esta pobreza íntima desde donde esperamos ser completados, ella es la base de nuestra esperanza, y ella supone tanto un abrirse a lo que sale a nuestro encuentro, como a una tarea que hemos de realizar."


Por Fr. Ramón de la Cruz ocd

San Macario el Grande


A un joven que le pedía consejos de cómo librarse de la preocupación del qué dirán los demás, lo mandó a un cementerio a que les dijera un montón de frases duras a los muertos. Cuando volvió le preguntó Macario: Qué te respondieron los muertos? No me respondieron nada, le dijo el joven. ¡Entonces ahora vas y les dices toda clase de elogios y alabanzas! El muchacho se fue e hizo lo que el santo le había mandado, y éste volvió a preguntarle: ¿Qué te respondieron los muertos? ¡Padre, nada me respondieron! "Pues mira", le dijo el hombre de Dios: "Tú tienes que ser como los muertos: ni entristecerte porque te critican y te insultan, ni enorgullecerte porque te alaban y te felicitan. Porque tú eres solamente lo que eres ante Dios, y nada más ni nada menos".

martes, 3 de febrero de 2009

TIEMPO Y LITURGIA


"En aquella extraña plenitud, una cosa estaba clara: había sido suprimido el tiempo. El reino de la duración en que está sumido todo era distinto al de siempre y el alma se sentía tranquila, aliviada y libre..."
Los fieles llegan poco a poco y se incorporan a la comunidad después de venerar los santos iconos, y en cada ocasión que el celebrante se vuelve hacia ellos y les bendice: "Pace Tuturor" (Paz a todos), éste no puede evitar un sentimiento de paternidad espiritual.
En el momento de la comunión, serán los niños y los adultos, que previamente hayan confesado sus pecados y guardado el preceptivo ayuno, los que recibirán el Sagrado Cuerpo y Sangre del Señor.
Y, finálmente, será la unción con el aceite en la frente y manos de todos y cada uno, lo que permitirá ese acercamiento tan necesario para una palabra de aliento o consuelo a quien lo necesite:" El Señor te bendiga... vuelva a tí Su rostro... te sea propicio y te de Su paz" .
Ha terminado la Divina Liturgia.

domingo, 1 de febrero de 2009

Alianza Inter-Monasterios (AIM)


A iniciativa de la AIM un grupo de monjes cristianos del Senegal, Guinea, Burkina Faso, Togo y Costa de Marfíl, realizaron en octubre del 2007 una peregrinación a las fuentes de la vida monástica. Fueron recibidos en los monasterios coptos de Egipto. Residieron, sobre todo, en el monasterio de San Macario, en el desierto de Scete y en el de San Antonio, próximo al Mar Rojo... Se ha comparado esta comunidad monástica con una carabana en el desierto, cuya vitalidad depende del guía, en efecto, en los monasterios coptos, el Padre espiritual desempeña un gran papel.... El monacato con el pueblo egipcio, su fe, y la expresión viva de ésta en el mundo, nos ha impresionado (manifiestan) y, esperamos, será ocasión para profundizar en nuestra vida cristiana y monástica... ¿Sabremos dejarnos interpelar por lo que hemos visto y oído? ¿Tendremos el valor de renovar profunda y sinceramente nuestra vida monástica en occidente?

Extractado del Boletín nº91 de la AIM.