martes, 17 de marzo de 2009

LA ORACIÓN DE JESÚS



Hay un tipo de oración privada, ampliamente usada en Occidente, la cual nunca ha sido una característica de la espiritualidad Ortodoxa: la 'Meditación' formal, hecha de acuerdo a un 'Método'. Los Ortodoxos son alentados a leer la Biblia o a los Padres, despacio, meditándolos, pero tal ejercicio, aún cuando es, en su conjunto, excelente, no se considera que constituya una oración, ni ha sido sistematizado y reducido a 'Método'. Se recomienda que cada quien lea como le sea de más ayuda. Pero, aún cuando los Ortodoxos no practican la Meditación basada en un método, hay otro tipo de oración personal que, durante muchos siglos, ha jugado una parte, extraordinariamente, importante en la vida de la Ortodoxia: la Oración de Jesús: "Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten Misericordia de mi, pecador". Ya que algunas veces se ha dicho que los Ortodoxos no prestamos suficiente atención a la Persona del Cristo Encarnado, vale la pena señalar que ésta, seguramente, la más clásica de todas las oraciones Ortodoxas, es, esencialmente, una oración centrada en Cristo, una oración dirigida y concentrada en el Señor Jesús. Aquéllos que se criaron en la tradición de la Oración de Jesús, no les es permitido, nunca, ni por un momento, olvidar al Cristo Encarnado.Para ayudarse en el rezo de esta oración, muchos Ortodoxos utilizan un rosario, algo diferente a la estructura del rosario occidental. Un rosario ortodoxo es, a menudo, hecho de lana, para que, a diferencia de las cuentas, no haga ruido.La Oración de Jesús es una oración de maravillosa versatilidad. Es una oración para principiantes, pero, igualmente, es una oración que conduce a los misterios más profundos de la vida contemplativa. Puede ser usado por cualquiera, en cualquier tiempo, en cualquier lugar, ya sea mientras se está caminando, viajando, en el trabajo, cuando no se puede dormir por las noches, o en tiempos de particular ansiedad, cuando es imposible concentrarse en otra clase de oración. Pero, aún cuando cada cristiano puede usar la Oración de Jesús, en diversos momentos, de esta manera, es totalmente diferente el recitarlo, más o menos, continuamente, y siguiendo los ejercicios físicos que están asociados a él. Los escritores espirituales Ortodoxos insisten en que aquéllos que usan la Oración de Jesús, sistemáticamente, deben, si es posible, colocarse bajo la guía de un director experimentado, y no hacer nada por su propia iniciativa. Para algunos, llega el tiempo, en el que la Oración de Jesús 'entra al corazón', y ya no es recitada por un esfuerzo deliberado, sino que ésta se recita a sí misma, espontáneamente, continuando, incluso, cuando un hombre habla o escribe, está presente en sus sueños, y lo levanta por las mañanas. En las palabras de San Isaac, el Sirio: "Cuando el Espíritu habita en un hombre, él no cesa de orar, porque el Espíritu, constantemente, orará en él. Entonces, la oración no se cesará de su alma, ni cuando duerme, ni cuando se despierta, sino que cuando come y cuando bebe, cuando se sienta o cuando hace cualquier trabajo, incluso cuando está sumido en el sueño, los perfumes de la oración se derramarán en su corazón, espontáneamente". (Tratados Místicos, editados por Wensinck, p. 174).Los Ortodoxos creen que el Poder de Dios está presente en el Nombre de Jesús, por lo que la invocación de este Nombre Divino actúa "como una señal real de la Acción de Dios, como una especie de Sacramento" (Un Monje de la Iglesia de Oriente, La Oración de Jesús, Chevetogne, 1952, p. 87). "El Nombre de Jesús, Presente en el corazón humano, le comunica el poder de la deificación... Brillando a través del corazón, la Luz del Nombre de Jesús ilumina todo el universo". (S. Bulgakov, La Iglesia Ortodoxa, págs. 170-171).Tanto para aquéllos que lo recitan, continuamente, como para aquéllos, quienes sólo lo emplean, ocasionalmente, la Oración de Jesús ha demostrado ser una gran fuente de seguridad y alegría. Citando El Camino del Peregrino: "Y así es cómo hago ahora, y repito, incesantemente, la Oración de Jesús, la cual es más preciosa y dulce para mí, que nada en el mundo. A veces, camino hasta 43 o 44 millas al día, y no siento, para nada, que estoy caminando. Únicamente, estoy consciente del hecho de que voy diciendo mi Oración. Cuando el amargo frío me penetra, empiezo mi Oración, con más fuerza, y, rápidamente, entro en calor. Cuando el hambre empieza a dominarme, llamo, más a menudo, el Nombre de Jesús y olvido mi deseo de alimento. Cuando me enfermo y tengo reumatismo en mi espalda y piernas, fijo mis pensamientos en la Oración y ya no siento el dolor. Si alguien, me daña, sólo tengo que pensar: '¡Qué dulce es la Oración de Jesús!' y, tanto las heridas, como el enojo, pasan y olvido todo... Doy gracias a Dios, porque ahora entiendo el significado de aquellas palabras que escuché en la Epístola: 'Orad sin cesar' (1 Tesalonicenses 5,17)"

3 comentarios:

SD dijo...

Esta es la oración que yo utilizo cada vez que ingreso al templo.
Me reconforta que así sea ya que comprendo su significado.

Por otro lado puedo esbozar oraciones espontáneas o en su defecto lo que es la oración personal que bien debés conocer, amigo Macario.

Esto es, la lectura, la meditación y la contemplación de la Sagrada Escritura.

Y por otro lado, la lectura espiritual de los padres de la Iglesia. Yo incorporo mucho a otros que en el catolicismo pueden como no estar acostumbredos y son los que aparecen frecuentemente en tu blog, cosa que celebro y animo a que sigas incorporando.

Te saludo afectuosamente,
que el Señor te bendiga.

SB

Hieromonje Macario dijo...

Me alegra saber que empleas la Oración de Jesús frecuentemente. Te aconsejo que no limites su uso unicamente al interior del templo.Su verdadera finalidad es que sea usada, discretamente,en todo lugar y de esa forma se transforme en la "oración del corazón" o la "oración constante" del "Orad sin cesar" del Apostol.Puedes resumirla por "Cristo ten piedad" en español o en griego como prefieras.Si lo haces,pronto notarás lo que quiero decir.... Te bendigo.macario.

SD dijo...

Gracias Macario

Abrazo fraternal,
SB